Reformar el baño sin obra: 10 ideas ‘low cost’ para cambiar su imagen.
Los pequeños detalles, como cambiar las cortinas de la ducha, blanquear las juntas de azulejos y suelos o renovar las toallas y la tapa del inodoro, suponen un gran cambio.
Por lo general, la cocina y el baño de una vivienda suelen ser los dos elementos cuya reforma supone un mayor gasto o inversión económica y a la vez es donde más se deja sentir el paso del tiempo. Por este motivo, cuando valoramos o asesoramos una vivienda desde Ponle Alma a Tu Casa, lo primero que queremos siempre es ver en qué estado se encuentran dichas estancias. Los azulejos, los suelos, los sanitarios, los armarios o muebles de almacenamiento… siempre delatan la antigüedad de una propiedad y nos permiten casi saber de qué año data o en qué año se realizó la última reforma en ella.
Sin embargo, antes de meternos en faena y en grandes inversiones, hay soluciones intermedias que ayudan a renovar la imagen de una estancia, incluso la de un baño, con muy bajo presupuesto y a veces con pequeños detalles que valen y cuestan menos de lo que imaginamos.
La mayoría de la gente quiere sustituir siempre la bañera por un plato de ducha o cambiar el mueble bajo lavabo o incluso se pueden pintar los azulejos en lugar de cambiarlos, pero lo que queremos es proponer ideas muy sencillas y muy ‘low cost’ que no supongan hacer obras ni tocar nada de azulejos.
He aquí 10 consejos o ideas para transformar el aspecto de un cuarto de baño con muy bajo coste:
Cambiar las cortinas de la ducha
Ya no sólo por unas nuevas que no tengan ese famoso moho rojo (o negro) en la parte inferior de las mismas, sino por otras con un diseño completamente diferente, con más colorido, o un estampado más cálido, o a rayas, ¡o transparentes o semitranslúcidas! para dejar pasar más la luz. Esta pequeña ‘tontería’, que puede comprarse desde 15 euros en multitud de conocidos sitios, puede cambiar más el aspecto de nuestro baño de lo que podemos pensar.
Blanquear la silicona de las juntas de bañera/plato de ducha y del lavabo
Un buen remedio casero que suele ser muy efectivo es espolvorear bicarbonato y dejar que se disuelva con vinagre de limpieza y, tras dejarlo actuar unos minutos, frotar con un cepillo suave de dientes; después, retirar bien los restos de bicarbonato con un trapo de microfibra. Tras esta buena limpieza, si la silicona tiene demasiados años y está muy estropeada, se podría retirar la que estuviera peor (te puedes ayudar con un cutter) y volver a poner silicona nueva, lo que quedaría aún mejor.
Blanquear las juntas de los azulejos
Las juntas suelen ir ennegreciendo con el paso de los años. Se pueden pintar de blanco muy fácilmente con productos especiales para ello. Pero como en el caso anterior, antes de poner encima cualquier producto nuevo, aconsejo siempre eliminar antes el negro-moho de las juntas antiguas.
Poner un juego de toallas nuevas
A veces gastamos dinero en multitud de objetos que luego nunca usamos y, sin embargo, mantenemos en los baños toallas deshilachadas o que han perdido toda su esponjosidad y parecen más una lija o un trapo de cocina que una toalla donde poder secarte de forma agradable la cara o las manos. Además del aspecto envejecido que puedan tener (muchas amarillean o ennegrecen cuando ya han sufrido decenas y cientos de lavados), un cambio de color o de estampado (que podría ir incluso a juego con las cortinas nuevas que mencionábamos en la idea 1) pueden cambiar más la estética de un baño de lo que parece.
Cambiar el juego de jabonera o dispensador de jabón y cubilete de los cepillos de dientes
Seguro que alguno de ellos (si no los tres) está roto por un borde de un día que se nos resbaló y se nos cayó al suelo, o descolorido, o tiene ya partes hasta oxidadas… ¿Pero qué nos pasa? Vayamos a cualquiera de las tiendas más conocidas comercialmente y compremos por unos 10 euros de media un nuevo juego precioso a estrenar, mejor en un color o estampado diferente, y que hará las delicias de nuestros jabones y cepillos de dientes.
Renovar el portarrollos del papel higiénico
Puede parecer una tontería o incluso una obviedad, pero por lo general nos acostumbramos tanto a los objetos cotidianos que usamos a diario que “dejamos de verlos”. Y algunos aún tenemos portarrollos del año de la polca, o incluso de esos de pie que ocupan muchísimo espacio visual y sólo acumulan pelusas y suciedad en la base, que compramos en su día porque no queríamos atornillar nada en los azulejos y preferíamos mantenerlos inmaculados que liberarnos de esos artilugios portarrollos que parecen hasta un robot R2-D2, porque a veces incluyen incluso para poner rollos de papel higiénico adicionales, ¡y hasta el escobillero del inodoro! (parte ésta que merece un epígrafe aparte). En el mercado existen soluciones muy económicas (el último que puse a un cliente costó 14 €) y sencillas de portarrollos que se pegan al azulejo (en vertical o en horizontal), con gran agarre (como los que tienen pegatina de la marca 3M) y en distintos acabados (dorados, acero, en mate y en brillo, y también en negro, tan de moda hoy en día), así que no hay excusa alguna para este cambio.
Cambiar el espejo de encima del lavabo
A veces parece que ese espejo cuadrado o rectangular y soso siempre estuvo allí, pero no tiene por qué ser así. Podemos sustituirlo por otro que sea más original, incluso disruptivo y rompedor, estilo vintage con el marco en madera, o con toque modernista, con curvas, o en forma de sol, que tanto se lleva. La originalidad no tiene por qué tener límites y conseguirás darle un aire y un toque muy diferente a una de las zonas protagonistas del cuarto de baño. Ahora también se llevan los armarios espejos, que proporcionan un enorme espacio de almacenaje y ocupan muy poco de fondo (unos 21 cms de media).
Sustituir la taza del inodoro por una nueva
Apuesta por una taza más moderna y con algún diseño bonito. Las hay de todo tipo de colores y dibujos (divertidos, modernos, infantiles, tropicales…). También las hay en todo tipo de tonos de madera, con una textura y un tacto más templado, lo que resulta más agradable al contacto con la piel. En última instancia, incluso se podría mantener la que se tiene y pegarle un vinilo, que los hay también de todo tipo, para taparla y forrarla entera de lo que se quiera, o algún dibujo divertido.
Cambiar alfombrilla del baño
Por ejemplo, por una más grande y agradable al tacto y a la vista, o acorde con los tonos de la nueva cortina de ducha (si la hemos cambiado finalmente), o con los azulejos o con el nuevo juego de toallas. Una opción que está de moda y nos gusta mucho son las esterillas de fibras naturales o de bambú; además, son hipoalergénicas y repelen la formación de hongos.
Poner una nueva grifería
De todos los consejos e ideas, quizá ésta sea la que incremente un poco más el precio. Pero en las grandes y conocidas superficies comerciales de baños, hay griferías preciosas de estilos muy variados a unos precios muy económicos, y si nos lanzamos a cambiar a la vez la de la ducha y la del lavabo, y nos atrevemos aún más con algo en dorado o en negro, el cambio del aire del baño será ya espectacular y aún más, si hiciéramos todos los cambios que hemos propuesto.
Para terminar, añadiremos un consejo más a modo de ‘bonus track’: añadir ‘atrezzo’ o adornos decorativos. Desde poner una plantita en el lavabo o en el depósito del inodoro, o una planta colgante del armario o del espejo. Velas para los que tienen bañera, y alguna piedra o tronco bonito para poner en una esquina de la ducha, dándole un toque natural y orgánico relajante…
Fuente: Idealista