Cómo calentar una casa sin gastar un dineral en calefacción.
Son muchas las personas que se preguntan cuál es la forma más barata de calentar una casa: te contamos algunos trucos para ahorrar.
n tiempos en los que el precio de la luz y del gas (y el de otros muchos consumos obligatorios) permanecen desorbitados, resulta más importante que nunca dar respuesta a esas dudas eternas que se repiten invierno tras invierno: ¿Qué hacer para que se caliente la casa con un consumo mínimo? ¿Cómo calentar una casa sin calefacción?
Lo cierto es que, más allá del uso de aparatos para calentar la vivienda, existen algunos trucos y consejos que te ayudarán a atraer y a mantener el calor acumulado sin gastar dinero.
Elige un buen aislamiento
Es importante invertir en ventanas y puertas que garanticen un buen aislamiento, no solo en cuanto a su estanqueidad, sino también en lo referente a la capacidad del propio material para mantener la temperatura más adecuada en el interior.
No todos los materiales funcionan igual, por lo que deberás elegir modelos acordes a las necesidades concretas que imponga el clima de tu zona. Si tu presupuesto no te permite invertir en nuevas ventanas y puertas en este momento, siempre puedes recurrir a cintas aislantes, burletes, films transparentes para cristales de ventanas o tapagrietas y agujeros para evitar la entrada de aire del exterior.
Utiliza cortinas para cada época del año
Algo tan sencillo como el uso de cortinas adecuadas puede ayudarte a retener el calor… o a todo lo contrario. De esta manera, unas cortinas finas y claras serán más adecuadas para el verano, mientras que unas cortinas gruesas y con tonos oscuros te ayudarán mucho más durante el invierno.
Haz un uso inteligente de las alfombras
Al igual que ocurre con las cortinas, el uso de alfombras en invierno te ayudará a retener calor e incluso a generarlo, especialmente si el suelo de tu hogar es más bien frío, como ocurre en el caso del mármol. Utilizar parquet y demás materiales cálidos también te ayudará a generar un ambiente más agradable.
Emplea mantas y demás textiles de abrigo
Los propios textiles que utilizamos en camas, sofás, butacas… pueden ayudarnos (y mucho) a generar una sensación mucho más llevadera. Una buena manta, unos cojines cálidos, un edredón grueso… son clave para generar el ambiente adecuado sin necesidad de gastar dinero.
También es importante que la ropa que utilices para estar en casa cumpla con estas mismas características: no es necesario ir en manga corta durante el invierno ni generar un clima tropical a base de calefacción.
Opta por colores oscuros
Ya hemos hablado de la importancia del uso de tonos oscuros pero, ¿y si te dijéramos que puedes utilizarlos en elementos que van más allá de los textiles? Por ejemplo, puedes probar a pintar paredes en diferentes tonalidades en función de tus necesidades. Se trata de una reforma económica que, al mismo tiempo, te ayudará a dar un nuevo aire a tu hogar.
Ventila a la hora adecuada
Es muy importante ventilar tan solo el tiempo necesario y en un horario en el que el sol incide de manera muy directa en tu hogar. Del mismo modo, cuando caiga el sol y las temperaturas bajen en el exterior, será el momento de mantener tu hogar lo más aislado posible.
Aprovecha el calor del sol
Al hilo de todo lo anterior, es importante que utilices el calor solar en tu favor, ya que se trata de la principal fuente natural y gratuita a la que puedes recurrir. Esto pasa por ubicar textiles oscuros en aquellos lugares en los que reciban luz solar, abrir las cortinas durante las horas de calor para que se caliente la estancia, colocar alfombras gruesas y cálidas en lugares estratégicos…
La ubicación de objetos en cada punto de tu vivienda, así como su elección, no debe ser casual.
Cierra las estancias que no utilices
Otra forma muy sencilla de aprovechar mejor el calor natural consiste en mantener cerradas aquellas estancias que no vayas a utilizar a diario y que, por tanto, no necesites calentar. Basta con cerrar la puerta y, si es necesario, utilizar material aislante que te permita una máxima estanqueidad. De nada sirve gastar dinero en elevar la temperatura de un espacio del que no vas a hacer uso.
Aprovecha el calor residual de otros aparatos
Especialmente cuando cae el sol y no podemos hacer uso de las ventajas de esta fuente de calor natural, puede ser un buen momento para realizar aquellas tareas que provoquen la generación de elevadas temperaturas: una ducha caliente, sacarnos el pelo, cocinar… Este consumo inevitable será más fácil de ‘reciclar’ si repartimos estas tareas con cabeza a lo largo de la jornada.
Fuente: Idealista