Cómo mantener fresca tu casa sin necesidad de utilizar una máquina

Protecciones solares, una ventilación cruzada, muros gruesos… Son elementos de arquitectura pasiva que hacen que tu vivienda tenga mayor confort térmico sin necesidad de máquinas.¿Quieres tener la casa más fresca en verano sin tener que tirar de aire acondicionado? Pues es posible con determinados elementos de carácter pasivo que hacen que la vivienda se adapte mejor al clima exterior y cuyo objetivo es que tengas unas condiciones de confort térmico en las distintas dependencias.

Se trata en definitiva de ver cómo la arquitectura puede ayudar a generar ese confort sin que haya que depender de las máquinas: “Esto es la clave de la arquitectura medioambiental o pasiva, que es una arquitectura más sostenible porque no depender de las máquinas es lo más eficiente”, explica el arquitecto Javier de Andrés, del estudio Ayllón, Paradela, de Andrés.

Por ejemplo, una de esas estrategias pasivas que vale para cualquier localización de la península es la ventilación cruzada: “No recomendaría a nadie comprar una vivienda sin ventilación cruzada. Bien a dos fachadas distintas, bien que sean enfrentadas digamos contrapuestas, bien con fachadas en esquina, bien una fachada exterior y a patio interior, incluso una casa entre patios interiores. Esta estrategia de la ventilación cruzada y más con el cambio climático que cada vez es más caluroso, los periodos estivales duran más y son más calurosos es crucial en toda la península. Incluso en los climas del norte, porque nos ayudan a disipar el calor”, explica de Andrés.

“El segundo aspecto relevante sería contar con un nivel de protección solar para los huecos y los los paños de vidrio, que no se expongan especialmente en las épocas de verano cuando hace más calor directamente, especialmente al sur y al oeste. Por tanto, protecciones solares y la ventilación cruzada me parecen dos aspectos cruciales más importantes incluso que el aislamiento”, detalla el experto.

¿No tiene sentido entonces el aislamiento? Sí, “Tiene mucho sentido en un clima muy frío, en climas del norte de Europa que convierten las casas casi en neveras”.

En el norte, galerías de cristal

Pero aparte de la ventilación cruzada y de las protecciones solares, hay otros aspectos pasivos a considerar: “Estas herramientas en buena medida son una reinterpretación de las herramientas vernaculares porque al final hasta hace cien años no teníamos energías fósiles y por tanto teníamos que conseguir con la arquitectura únicamente esas condiciones de confort. Por ejemplo, si pensamos en Galicia, esas galerías de La Coruña que en general se usan en toda Galicia y parte de la cornisa cantábrica. Son dispositivos que funcionan muy bien en esos climas fríos porque se convierten en invernaderos que climatizan los interiores de forma pasiva durante el invierno. Ahora bien, estas jaulas de cristal que funcionan muy bien en invierno debemos asegurar que se puedan abrir en verano y que cuenten con esas fachadas enfrentadas para generar esas corrientes de ventilación”, aclara.

Y, ¿en otras latitudes? “Si pensamos en climas mediterráneos o incluso en el centro de la península, volvemos a hablar de esas protecciones solares. Podríamos hablar de estores por ejemplo de lamas, esas persianas venecianas que son de lamas horizontales muy útiles en orientaciones sur, este y oeste. En vez de lamas horizontales funcionan mucho mejor las lamas verticales. En cualquier caso estos elementos de protección solar conviene que tengan cierto carácter móvil para que se puedan poner o quitar en función de distintas épocas del año”, detalla.

También es muy útil trabajar con determinados porches, esos lugares a la sombra que son espacios muy confortables antes de entrar a las viviendas.

Otra cuestión muy relevante sobre todo en estos climas mediterráneos, son las fachadas. “Contar con fachadas pesadas, con un volumen y una masividad muy grande. Pensemos en la casa del pueblo que resulta que en verano se está súper fresquito y en invierno se está más o menos caluroso porque tiene unos muros muy gordos”.

Como el experto apuntaba, en este caso, nada nuevo ya que las casas de muros gruesos es el tipo de construcción que se hacía en cualquier zona rural de España y que permitía tener confort en las viviendas cuando los muros no estaban inundados de aires acondicionados.

 

Fuente: Idealista

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