¿Cuántas veces te has preguntado a ti mismo si ha llegado el momento de comprar tu propia casa? Ya sea la primera vez que esta cuestión cruza por tu mente o si llevas ya un tiempo dándole vueltas, no estaría mal que te tomaras unos minutos para saber si realmente estás preparado para dar el paso o es mejor que esperes un poco más. Si te sientes identificado con las afirmaciones de esta guía, es muy probable que estés muy cerca de convertirte en propietario.
Quieres una casa en propiedad
La respuesta parece obvia. Sin embargo, aunque no lo creas, no todo el mundo tiene un estilo de vida compatible con la propiedad. Hay personas que prefieren alquilar una vivienda porque es una fórmula mucho más flexible, sobre todo, si tienes que cambiar tu lugar de residencia por trabajo o no tienes obligaciones familiares.
Ser dueño de tu propia casa es un cambio que lleva aparejadas muchas responsabilidades: mantenimiento, impuestos, reuniones con la comunidad de vecinos, etc. Por otro lado, las ventajas son muy atractivas:
Tu casa, tus reglas
Si la casa es tuya, nadie puede decirte nada por cambiar el color de las paredes cuando te apetezca, tirar tabiques y cambiar la distribución o llevar a cabo una reforma en la cocina o el baño. La diferencia frente al alquiler es enorme.
Vida de barrio
Cuando compras una casa, estás pasando a formar parte de una comunidad más grande también, lo que permite crear vínculos y sentirte identificado con la gente que te rodea. Ya no estás “de paso”, has venido a quedarte.
Un activo refugio
Aunque hayas comprado con la intención de convertir ese piso en tu hogar, no debes pasar por alto que, a medida que vayas pagando tu hipoteca, ese inmueble se transformará en un patrimonio muy valioso: es también un activo de inversión a largo plazo con el que siempre podrás contar.
Mayor estabilidad
La tranquilidad de saber que no habrá sorpresas que desequilibren tu presupuesto es una razón poderosa para apostar por la propiedad. Dejarás de preocuparte por si el casero vende la casa en la vives o sube la renta de alquiler.
Puedes permitirte comprar una casa
Antes de lanzarte a hacer cálculos con algún simulador hipotecario, echa un vistazo a tus finanzas personales. ¿Has conseguido ahorrar para comprar una casa? Actualmente, las entidades financieras conceden como mucho el 80% del valor de tasación de un inmueble. Si bien es cierto que existen algunas excepciones, este límite se aplica en la mayoría de los casos. Eso significa que debes tener ahorrado el 20% restante para empezar a hablar con el banco.
Y no solo eso. La compraventa va acompañada de una serie de gastos como notaría, gestoría, Registro de la Propiedad, impuestos… Todo esto eleva un 10% más la cantidad que tendrás que tener ahorrada de antemano.
Por otro lado, la cuota hipotecaria no solo se compone de capital e intereses. Aunque en España los bancos ya no pueden obligar a contratar ciertos productos para darte financiación, sí pueden ofrecértelos a cambio de reducir el tipo de interés cuando se trata de una hipoteca fija o el diferencial cuando es variable. ¿Estás listo para hacer números?
Otro aspecto fundamental es que entre la obra nueva y la segunda mano hay un abismo. Las primeras están listas para entrar a vivir, pero tendrás que tener dinero para amueblar, y en muchos casos, montar la cocina. En cuanto a la usada, el grado de actuaciones es muy amplio, ya que a veces solo hará falta una pequeña actualización y otras tendrás que hacer una reforma integral.
Te van a conceder la hipoteca
¿Tienes contrato indefinido? ¿Llevas mucho tiempo trabajando en la misma empresa? ¿Tienes un historial crediticio sin tacha? Si has contestado afirmativamente a estas tres preguntas tienes mucho camino recorrido. Pero los bancos van mucho más allá.
El primer filtro será que la cuota hipotecaria no debe superar el 30%-35% de tus ingresos mensuales. Este porcentaje es la capacidad de endeudamiento recomendada, y será complicado que tu solicitud de hipoteca siga adelante si no estás dentro de estos parámetros.
Hay perfiles que tienen, a priori, más facilidades a la hora de obtener el visto bueno de la entidad financiera. Los trabajadores por cuenta ajena y los funcionarios de carrera se enfrentarán a menos obstáculos que los autónomos. Igualmente, con unos ingresos medios, los que compran en pareja serán mejor vistos que un comprador en solitario.
Has encontrado el barrio ideal
La localización es clave dentro del mercado de la vivienda. Si pones por delante el que tu futura casa esté situada en un determinado barrio a que tenga piscina, plaza de aparcamiento o terraza, tranquilo porque no eres el único. Cuando después de vivir como inquilino en varios sitios por fin se encuentra el lugar donde no nos importaría pasar el resto de nuestra vida, comprar una casa empieza a cobrar todo el sentido del mundo.
Has encontrado una buena oportunidad
Seguro que para cerciorarte de que ha llegado el momento de comprar una casa, has dedicado algo de tiempo a navegar por Internet en portales como pisos.com para tantear cómo está el mercado. Si has permanecido activo haciendo búsquedas en portales inmobiliarios, habrás echado el ojo a alguna que otra casa que encaja contigo. Y no porque mañana podrás venderla más cara, sino porque, simplemente, sientes que es tu casa.
Los ritmos de venta fluctúan en función de ciclos alcistas y bajistas, así que es difícil saber si ese piso que te tiene enamorado se venderá en un par de días o en cuestión de meses. Pero si reúnes todas las condiciones anteriores, ¿qué te impide dar el sí? ¡Adelante!
Fuente: Pisos.com