Dile adiós a estas ideas de decoración si quieres que tu casa esté a la moda

La caducidad de ciertos estilos en el ámbito del interiorismo es algo inevitable: hay ambientes que envejecen fatal. Pero si algo ha demostrado el ir y venir de tendencias es que todo vuelve, y lo que hace años era hortera ahora es lo más. Mantener tu casa a la última está lejos de ser una obligación. Seguro que tienes del todo asumido que lo importante es que lo que te rodea te proporcione felicidad y confort.

Al margen de lo anterior, a nadie le amarga echar un vistazo a las ideas decorativas que se ponen de moda o que dejan de estarlo. Esta vez nos vamos a centrar en las corrientes que han perdido fuerza. En el pasado triunfaron y se extendieron como la pólvora de hogar en hogar, pero este copipega de ambientes idénticos va perdiendo fuelle. Es hora de decirle adiós a algunos estilos, materiales o colores que ya no están en boga.

El estilo minimalista está out

El menos es más ya no nos representa. El hartazgo hacia las líneas depuradas es un clamor en todas sus versiones, desde el estilo nórdico hasta el Japandi. Esas habitaciones donde nada destaca carecen de personalidad y provocan rechazo porque resultan completamente ajenas. Nos hemos cansado de esa limpieza visual que en otros tiempos transmitía armonía. Esa frialdad estética, más propia de un hospital que de un entorno doméstico, se ha explotado a la saciedad y por fin se le para los pies.

No es que ahora vaya a reinar el caos, pero la máxima que se persigue actualmente es la autenticidad y, sobre todo, la diversión. Optar por el contrario, el maximalismo, no es lo ideal, pues pasar de cero a cien podría abrumarnos. Lo que hay que buscar es que al entrar en una habitación su decoración nos hable y no sea un lienzo vacío carente de expresión. Introducir pequeños contrastes y caminar hacia el eclecticismo es la respuesta, por eso ganan fuerza estilos como el Primary Play o el Jolie Laide.

Los colores neutros son aburridos

No se puede decir adiós al minimalismo sin echar de casa a los colores neutros. Los ambientes total white son tan monótonos que desquician. Y lo mismo ocurre cuando el color topo lo inunda todo. ¿Acaso tú también eres una persona gris? Estas atmósferas tan anodinas y tristes están pidiendo a gritos algo de magia y sería una pena desaprovechar la enorme paleta cromática que existe para darle un chute de energía a tu casa.

De nuevo, hay que ser audaz pero sin pasarse. Tampoco hay que volverse loco, pero permítete jugar un poco y asumir algún que otro riesgo con acentos vibrantes. Si te dan miedo las estridencias, siempre puedes recurrir a la gama de los pasteles. Lo que está claro es que un espacio es capaz de ser atemporal y elegante sin dejarse embaucar por la neutralidad más melancólica. Hay vida más allá de la escala de grises y del blanco roto.

Olvídate del mobiliario sin personalidad

La funcionalidad es el faro que ilumina cualquier primer proyecto de decoración, y perseguir esta meta nos lleva a comprar mobiliario en serie pensando que algún día podremos sustituirlo por algo más genuino. No esperes más; ese momento ha llegado. Es cierto que muchas firmas de decoración trascienden las formas primitivas e imprimen cierto carácter en sus colecciones, pero no dejan de ser piezas industriales.

No estamos diciendo que corras a la primera tienda de antigüedades a dejarte una pasta en muebles con historia y conviertas tu casa en un palacete. Quizá baste con dar una vuelta por algún rastrillo o navegar por una app de segunda mano. Lo vintage no es caro si tienes algo de pericia a la hora de restaurar. El mensaje con el que debes quedarte es que lo artesanal es lo que realmente aporta valor estético.

Estos materiales ya no se llevan

En el capítulo de los materiales, hay elecciones que también pierden potencia. Entre los expertos hay un cansancio extremo hacia la lana bouclé. Ese acabado de borreguito va dando paso a otras alternativas más sutiles como la cretona de toda la vida o el sofisticado terciopelo. Lo mismo ocurre con las superficies brillantes y pulidas. Los frentes de la cocina pasan a ser mate y las encimeras se olvidan del mármol, una piedra que también abandona los baños.

En cuanto a las fibras naturales, se ha abusado tanto del mimbre que muchas casas parecen tiendas de cestería. El empacho hacia la tendencia tropical o lo campestre relega estos complementos al olvido. No nos abandonan del todo, porque la sostenibilidad sigue con nosotros, pero procura que no todas tus lámparas parezcan cestas de picnic dadas la vuelta y no coloques en cada rincón un leñero de esparto, por favor.

Adiós a los ambientes fake

La guerra a lo falso comienza por desterrar elementos que, en el fondo, nunca deberían haber entrado en tu casa, como por ejemplo, las plantas artificiales. La biofilia es una tendencia decorativa que va consolidándose, y no podemos llevar la naturaleza a casa con especies vegetales hechas de plástico. No pongas la típica excusa de que no tienes mano para las plantas porque hay opciones resistentes a prueba de cuidadores olvidadizos.

Igualmente, en lo que respecta a la iluminación, hay que andarse con ojo. Tanto las tiras de led como los neones dan paso a puntos de luz más cálidos y ocultos. Es por ello que tampoco las bombillas decorativas de filamento tipo Edison son ya bienvenidas. Es esencial que recuerdes que cualquier decisión decorativa que tomes debe alinearse con tus gustos, así que dale a toda esta inspiración la importancia que quieras darle, sin agobios y sin arrepentimientos.

FUENTE: PISOS.COM

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