Artículo escrito por Lorena Zenklussen, directora comercial de UCI
El acceso a la vivienda es, sin duda, uno de los retos más significativos que enfrenta la sociedad española en la actualidad. Este desafío se intensifica especialmente para los jóvenes, quienes deben lidiar con un contexto económico marcado por un desajuste entre el crecimiento de los salarios y la inflación, la escasez de viviendas y el continuo aumento de los precios del mercado inmobiliario como consecuencia de la falta de stock.
La magnitud del problema se refleja en los datos. Según Eurostat, la edad media de emancipación en España alcanza los 30,4 años, una de las más altas de Europa y muy por encima de la media comunitaria. Además, nuestro país ocupa el cuarto lugar en la Unión Europea con mayor proporción de menores de 35 años viviendo con sus padres, un porcentaje que ha pasado del 52% al 66% en los últimos 13 años, solo superado por Irlanda.
El acceso a la vivienda en propiedad tampoco presenta un panorama alentador: de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de hogares encabezados por jóvenes de hasta 29 años que poseen una vivienda en propiedad se ha reducido a la mitad desde su máximo en 2007. Hoy, solo el 24,5% de los compradores de vivienda tienen menos de 35 años.
Ante este escenario, se requieren soluciones estructurales y colaborativas. Una de las iniciativas destacadas ha sido la implementación de los Avales ICO por parte del Gobierno y el Instituto de Crédito Oficial, cuyo objetivo es reducir las barreras económicas para la compra de vivienda. Este programa permite avalar el 20% de la entrada, un obstáculo que históricamente ha dificultado el acceso a una hipoteca para muchos jóvenes.
En este contexto, desde UCI nos hemos adherido a esta línea de avales, adaptando nuestros procesos y políticas de riesgo para facilitar que los interesados puedan beneficiarse de manera ágil y efectiva. Consideramos que esta medida es un paso importante, pero no suficiente, para abordar un problema que requiere un enfoque más integral.
El acceso a la vivienda no puede resolverse únicamente con medidas financieras. Es esencial adoptar una perspectiva más amplia que contemple soluciones desde múltiples ángulos:
Aumento del stock de vivienda disponible. Sin una oferta suficiente de viviendas, cualquier medida de apoyo financiero corre el riesgo de elevar aún más los precios. La construcción y promoción de viviendas asequibles deben ser una prioridad a nivel nacional y europeo.
Financiación, subvenciones y ayudas. Las políticas deben combinar incentivos financieros con ayudas directas que permitan a los jóvenes superar las barreras iniciales de acceso.
Adaptación a las realidades locales: Las soluciones deben estar alineadas con las características específicas de cada región. Aquí, los fondos europeos pueden jugar un papel crucial como catalizador para implementar medidas ajustadas a las necesidades locales.
La colaboración entre instituciones públicas, entidades privadas y organismos internacionales es esencial para diseñar políticas efectivas y sostenibles. Desde UCI reafirmamos nuestro compromiso de trabajar de manera conjunta en iniciativas que promuevan un acceso más justo y asequible a la vivienda.
Creemos firmemente que estas medidas no solo benefician a los jóvenes, sino que también contribuyen a la estabilidad y sostenibilidad del mercado inmobiliario español, generando un impacto positivo a largo plazo. Seguiremos trabajando para ofrecer soluciones innovadoras y accesibles, porque garantizar el derecho a una vivienda no es solo una meta social, sino también un pilar fundamental para el desarrollo económico y social del país.
Fuente:Idealista.com