5 trucos sencillos de estilismo y decoración para vender rápido tu casa
A la hora de vender una casa, queremos hacerlo rápidamente y al mejor precio. Para conseguirlo, debes cuidar qué y cómo la enseñas. Damos por sentado que a ti te encanta tu casa, ¿pero has pensado cómo la percibirán los posibles compradores? A veces, al vivir durante un tiempo en el mismo sitio, pasamos por encima algunos problemas. Por eso, no está de más que mires tu hogar desde la perspectiva del comprador. ¿Cómo puedes hacerlo? En primer lugar, anota qué cosas crees que pueden mejorarse en cada habitación, como una pintura ya fea, una puerta de un armario que no corre bien o que suena al abrirse, un rodapié desgastado o una grifería algo anticuada.
Si te das cuenta, no hablamos de grandes cambios, sino de detalles que, con poco esfuerzo y presupuesto, conseguirán que tu casa resulte más atractiva. Además, haz fotos de los espacios para enseñárselas a amigos o familia y que te digan qué creen que falta. Quizá, con unos cojines en el sofá del salón o unos nuevos almohadones en la cama, notes y, sobre todo, los potenciales compradores noten un gran cambio.
El primer paso es hacer un pequeño mantenimiento
Desde cerraduras que no funcionan bien del todo, a pomos sueltos, pequeños desconchones en la pintura, lo primero de todo es un pequeño mantenimiento de lo más obvio para que el potencial comprador no ponga pegas. La razón de hacerlo es que a la mayoría de la gente le echa para atrás el tener que ponerse a reparar o cambiar cosas que no funcionan. Por otro lado, si no haces esos pequeños arreglos, puedes correr el riesgo de recibir una oferta a la baja.
Despeja el espacio en la medida de lo posible
Remángate y ponte a limpiar y a retirar lo que sobra. Un espacio limpio, despejado y ordenado no solo da mucha mejor sensación, sino que resulta más luminoso y amplio. Un comprador que vea un espacio desordenado ya no se fijará en otra cosa. Además, es complicado imaginarse cómo encajan tus muebles si el espacio no está despejado y no puedes medirlo (algo que hacen muchos compradores). Por otro lado, ese ejercicio también te servirá a ti para deshacerte de lo que no necesitas. Ponte en modo práctico y deshecha aquello que no has usado durante un tiempo y que, por lo tanto, no necesitas.
Vender casaPexels
Ordenada y limpia no significa que parezca que no vive nadie
Esto es clave. Una vez te hayas deshecho de lo innecesario, busca la manera de que la casa en todo caso transmita calidez y parezca habitada. Una casa demasiado vacía suele echar para atrás a muchos compradores. Deja los muebles justos. Un buen truco es decorar con alguna planta. Si no quieres cuidarlas, hay algunas artificiales que están muy conseguidas.
Luz, luz y más luz
Corre las cortinas, sube los estores, enciende las luces: si tienes la suerte de que tu casa cuenta con mucha luz natural, aprovéchate. Es una de las cosas que más gusta a los potenciales compradores. Si no, échale un ojo a la iluminación. Quizá no sea mala idea instalar alguna tira led o comprar una lámpara de pie para los ambientes peor iluminados. El cambio merecerá la pena.
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Ojo a los olores
Ya tienes tu piso en venta ordenado y limpio. Ahora, ¿qué tal huele? Ten en cuenta que entrar en una casa y que huela mal (o raro) echará para atrás a cualquier comprador. No nos referimos solo a olores como, por ejemplo, los que hay en una casa con mascotas (y que hay a compradores que pueden no gustarles), sino también al del tabaco o, peor aún, el olor a humedad, que pueden hacer pensar que haya problemas estructurales, por ejemplo. Nuestra recomendación es que al poner en venta tu casa limpies las alfombras, la tapicería de los sofás, el arenero del gato y que le eches un vistazo a lo que tienes en la nevera.
Fuente: Idealista