Con un fondo blanco tienes todo a tu favor para que el cabecero sea punto focal de la estancia. Más aún si es como éstos, que se sobran y se bastan para llenar de estilo la decoración
Que el frente de tu dormitorio sea blanco no significa que tengas que decorar la pared de la camacon todo tipo de adornos para que gane presencia visual. Es más, es posible que eligieras este color para pintar las paredes porque no cuentas con mucho espacio y necesitas ganar amplitud visual. En este caso, ten en cuenta que no te conviene recargar la estancia con cuadros, espejos y demás accesorios.
Solo necesitas un BUEN cabecero, un diseño que sea protagonista absoluto de la decoración. De madera, fibra, tapizado… elígelo como más te guste, el que mejor vaya con tu dormitorio, pero que sea lo suficientemente imponente y estiloso como para destacar por sí solo. Algo así como los 10 cabeceros que te proponemos en este artículo.
1. Un contraste muy sutil
Un cabecero de ratán es una opción excelente si buscas darle a tu dormitorio un toque natural y acogedor. Este material, con su textura orgánica y trenzado artesanal, aporta calidez sin sobrecargar el espacio. Además, el ratán combina perfectamente con paredes blancas, ya que su tono neutro crea un contraste suave, manteniendo una sensación de ligereza visual.
2. De capitoné
Opta por un tapizado en terciopelo o en un tejido más ligero, como el lino, en colores como el azul marino, burdeos o un elegante gris, que aporten profundidad al espacio. Para complementar, elige una ropa de cama en tonos neutros que resalten la riqueza del cabecero y plantéate una iluminación suave con lámparas de mesa o apliques que reflejen la elegancia del capitoné.
3. Las tapicerías oscuras siempre funcionan
El diseño capitoné, caracterizado por sus botones y acolchado, aporta textura y un aire clásico que nunca pasa de moda. Al elegir un tono oscuro, como gris antracita o azul marino. creará un contraste limpio y elegante con las paredes blancas. Complementa con textiles en colores neutros y detalles en los tonos del cabecero.
4. De ratán
¿Por qué no recuperar una alfombra de ratán para crear un cabecero único? Si al trenzado de la fibra, que aportará profundidad y riqueza visual, le sumas una altura considerable, no hay duda de que el diseño atraerá todas las miradas. ¡Para qué más!
5. Escultural
Por sus formas esculturales y su tapicería a rayas, cabeceros como éste logran un efecto visual importante. Tú decides si quieres un estampado discreto, en tonos blancos, negros o grises, para un look elegante y sereno, o si prefieres colores más vivos para un look actual y desenfadado.
6. Un diseño sencillo que llama la atención
Si buscas una opción fresca, moderna y delicada, que aporte sensación de calma y serenidad al dormitorio, busca un diseño sencillo tapizado en un tono pastel, como este modelo, en verde menta. Tiene, además, unos pespuntes en vertical aque añaden una textura discreta.
7. Un cabecero de madera oscura
Esta pieza de la firma Sklum es genial porque combine robustez y elegancia. La madera de mango aporta una sensación de calidez y sofisticación, y sus formas redondeadas suavizan el ambiente y añaden un toque orgánico y fluido. Combínalo con textiles suaves, colores claros como el blanco, crema o gris pálido, y alguna pieza en negro para mantener el equilibrio y dar carácter al espacio.
8. Una pieza que destaca por su altura y color
Ya solo por sus 120 cm de altura este cabecero tiene gran presencia y protagonismo en la decoración, pero es que, además, su tapicería en color mostaza hace que destaque aún más. Irá de maravilla con una paleta de colores terrosos o incluso pasteles en el ropa de cama.
9. Sencillo, pero imponente
Para que un cabecero sea protagonista de la decoración no tiene que ser obligatoriamente de una tonalidad viva e intensa que contraste con el color de la pared. Y si no fíjate en este modelo: es un diseño sencillo, de líneas limpias y lleva una tapicería de un tono crudo muy suave, pero su forma imponente le otorgan una presencia que captura la atención.
10. Desenfundable de lino
Ante tanta sencillez, busca un diseño con costuras visibles o detalles que añadan un toque de interés visual. Combínalo con una paleta de colores suaves y naturales y anima la cama con cojines en diferentes texturas y formas para crear un efecto acogedor y relajado. Y ya si añades una mantita suave al pie de la cama, te asegurarás de que tu cabecero de lino se convierta en una pieza central que invite al descanso.
Fuente: elmueble.com