Qué es la fotografía termográfica y cómo nos puede ayudar a ahorrar

El sector de la reforma y la rehabilitación en España, busca constantemente herramientas y tecnologías que permitan mejorar la calidad de vida en los hogares, optimizar los recursos y, por supuesto, ahorrar. Y una de las tecnologías más valiosas que cumple con lo anterior es la conocida como fotografía termográfica, también llamada simplemente como termografía.

Aunque suene complejo, su aplicación práctica en el ámbito doméstico es tremendamente útil y fácil de entender.


¿Qué es exactamente la fotografía termográfica?

Imaginemos poder ver el calor. Eso es, en esencia, lo que hace la termografía. Utiliza una cámara especial, sensible a la radiación infrarroja que emiten todos los objetos en función de su temperatura.

Esta cámara traduce esas diferencias de temperatura en una imagen visible, un «mapa de calor» donde distintos colores representan distintas temperaturas. No es magia, es ciencia aplicada que nos permite diagnosticar el estado de una vivienda de una forma no invasiva, es decir, sin necesidad de hacer agujeros ni romper nada.


¿Cómo funciona en una vivienda la fotografía termográfica?

Se recurre a la termografía para detectar una gran variedad de problemas ocultos que a simple vista pasarían desapercibidos. Estos problemas suelen ser la causa de facturas energéticas muy elevadas, de la falta de confort o incluso de daños estructurales agravados en el largo plazo.


¿Cómo se revelan estos problemas?

Pongamos, por ejemplo, cuatro contratiempos donde la fotografía termodinámica tiene mucho que decir:

Fugas de energía y aislamiento deficiente: una de las aplicaciones más comunes y directas para el ahorro. La cámara termográfica nos muestra claramente por dónde se escapa el calor en invierno o por dónde entra en verano. Podemos identificar, entre estos escapes: puentes térmicos (zonas de la fachada, pilares o forjados mal aislados que actúan como «autopistas» para el frío o el calor), falta de aislamiento (aislamiento en paredes, cubiertas o falsos techos insuficiente) o infiltraciones de aire (pequeñas rendijas en ventanas, puertas o cajones de persiana por donde se cuela el aire exterior, generando corrientes y pérdida de confort).

Humedades y fugas de agua: el agua tiene una inercia térmica diferente a los materiales de construcción secos. La termografía nos permite localizar humedades ocultas (dentro de tabiques o bajo solados antes de que sean visibles), fugas en tuberías o problemas de condensación.

Sistemas eléctricos: un componente eléctrico sobrecalentado es un riesgo de incendio. La termografía puede detectar puntos calientes anómalos en cuadros eléctricos, enchufes o conexiones, indicando un posible fallo o sobrecarga.

Sistemas de calefacción y refrigeración: la termografía permite verificar si los radiadores calientan de forma uniforme, si hay obstrucciones en sistemas de suelo radiante o si existen fugas en conductos de aire acondicionado.


¿Cómo se ahorra con la termografía?

De varias maneras:


  • Reducción de facturas: al solucionar fugas de energía (aislando mejor, sellando infiltraciones) se traduce directamente en un menor consumo de calefacción y aire acondicionado. Y en un ahorro significativo.

  • Menos reparaciones costosas: detectar una fuga de agua o un problema eléctrico a tiempo evita daños mayores (y mucho más caros) en el futuro.

  • Optimizar la inversión en reformas: en vez de realizar una reforma a ciegas, la termografía nos indica dónde debemos invertir el dinero para obtener el mayor impacto en eficiencia y confort.

  • Mejora del confort y la salud: eliminar corrientes de aire, humedades y moho no solo ahorra dinero, sino que mejora drásticamente la sensación de bienestar y la salubridad del hogar.

Si bien la tecnología es fascinante, interpretar correctamente las imágenes termográficas requiere formación y experiencia. No se trata solo de ver colores bonitos; hay que entender de construcción, de física y de cómo interactúan los materiales y las condiciones ambientales (temperatura interior y exterior, viento, humedad) para llegar a un diagnóstico certero. Una mala interpretación puede llevar a soluciones incorrectas o innecesarias.

Por eso, desde el sector de la reforma y la rehabilitación, siempre recomendamos apostar por los servicios de un técnico cualificado en termografía. Este profesional no solo manejará la cámara adecuadamente, sino que sabrá interpretar los resultados en el contexto de la vivienda y ofrecerá un informe detallado con las soluciones más eficaces.


Fuente: fotocasa.es

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