El retrato robot de una vivienda en España es el de un piso de unos 90 m² en un edificio residencial en el que viven 3 personas. Tiene un consumo de 12.000kWh anuales de electricidad y gas natural y su calificación energética es entre E y D. Y su huella de carbono es de 4 toneladas de CO₂ al año.
¿Es mucho? ¿Es poco?
Es demasiado. Los efectos del cambio climático son cada día más evidentes y en manos de cada uno está combatirlo.
Dicho esto, también es cierto que los países con climas más fríos tienen una huella mayor, ya que consumen más energía para calentar sus hogares y tienen mucho menor acceso a la energía solar, que es limpia y renovable.
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es una medida que calcula la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero, expresadas en equivalentes de dióxido de carbono (CO₂), generadas directa o indirectamente por una persona, organización, producto, servicio o actividad. Estos gases contribuyen de forma decisiva al calentamiento global de nuestro planeta.
Una huella que cambia según la edad
Varios estudios han demostrado que la huella de carbono de las viviendas varía significativamente según la generación del propietario, reflejando cambios en los patrones de consumo y estilos de vida a lo largo del tiempo:
Generaciones mayores (nacidos antes de 1945)
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Tradicionalmente más ahorrativos y con menor huella de carbono.
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Tenían más cuidado en el consumo de recursos debido a experiencias como la Segunda Guerra Mundial.
Baby Boomers (nacidos después de la Segunda Guerra Mundial)
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Mayor huella de carbono que generaciones anteriores.
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Patrones de consumo diferentes, gastando más en energía y bienes.
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Responsables de un aumento significativo en las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Generaciones de mediana edad (45-64 años)
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Presentan la mayor huella de carbono.
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Emiten un 33% más de CO₂ que las personas entre 15 y 24 años.
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Mayor consumo debido a recursos económicos más altos, viviendas más grandes, más uso de vehículos privados y viajes más frecuentes.
Generaciones más jóvenes (menores de 30 años)
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Han reducido su huella de carbono en una media de 3,7 toneladas de CO₂ entre 2005 y 20151.
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Generalmente más conscientes del impacto ambiental y con patrones de consumo más sostenibles.
La huella de carbono aumenta a partir de los 15 años en todas las categorías (hogar, transporte, alimentación y gastos de vida). Alcanza su máximo entre los 45 y 64 años. Comienza a reducirse a partir de los 65 años, principalmente en transporte y estilo de vida, aunque aumenta en el hogar debido a mayor tiempo de permanencia.
Evidentemente, estas tendencias reflejan patrones generales y pueden variar a nivel individual. Factores como la conciencia ambiental, la educación y las políticas públicas también influyen en la huella de carbono de las viviendas, independientemente de la generación del propietario.
¿Qué podemos hacer? Guía rápida
Tenemos a nuestro alcance muchas cosas por hacer para reducir de forma significativa la huella de carbono de nuestro hogar. Esta guía rápida resume las más eficaces.
1. CONOCER
El primer paso es calcular nuestra huella para conocer el punto de partida y evaluar nuestro progreso. En Internet hay numerosas calculadoras, pero te recomendamos dos:
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Calculadora del Ministerio de Derechos Sociales, consumo y Agenda 2030. Muy completa. No solo calcula la huella de nuestro hogar sino tu huella de consumo individual considerando nuestros patrones de consumo del último año.
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Calculadora de Pacto Verde. Se trata de una consultora certificada en sostenibilidad que realiza un cálculo específico sólo de la vivienda.
2. MEJORAR
El segundo paso es mejorar la eficiencia energética. El consumo energético es una de las principales fuentes de emisiones en los hogares. Para reducirlo podemos:
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Mejorar el aislamiento en techos, paredes y ventanas puede reducir las pérdidas de calor en invierno y de frío en verano.
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Invertir en electrodomésticos eficientes sustituyendo los aparatos antiguos por modelos con etiqueta energética A++ o superior.
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Usar iluminación LED ya que estas bombillas consumen hasta un 85% menos de energía que las incandescentes.
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Optimizar la calefacción y el aire acondicionado ajustando el termostato a temperaturas sostenibles (20-21°C en invierno, 24-26°C en verano).
3. CAMBIAR
En tercer lugar, es importante reducir la dependencia de combustibles fósiles y apostar por fuentes de energía renovable. Aquí tenemos dos posibles vías. La primera es buscar un proveedor de electricidad que garantice que el 100% de tu energía proviene de fuentes renovables.
Muchas comercializadoras ya han dado el paso y no será complicado encontrar una que nos ofrezca una tarifa verde. La segunda vía consiste en instalar placas fotovoltaicas para generar electricidad limpia para nuestro hogar. Los incentivos fiscales y subvenciones en España hacen que esta opción sea cada vez más accesible.
4. RECICLAR
Los residuos domésticos también contribuyen a aumentar nuestra huella de carbono. Para evitarlo debemos minimizar el desperdicio alimentario; reciclar correctamente separando residuos orgánicos, plásticos, vidrio, papel y cartón; y, si podemos, compostar los desechos orgánicos transformando restos de comida y jardín en fertilizante natural.
5. OPTIMIZAR
El consumo de agua y su tratamiento también generan emisiones. Para evitarlo debemos:
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Instalar grifos y cabezales de ducha eficientes que ahorren agua.
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Reutilizar agua de lluvia para regar plantas o limpiar.
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Arreglar fugas rápidamente para evitar desperdicios.
También hay otros hábitos domésticos que tienen un gran impacto y que son fáciles de cambiar:
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Apagar dispositivos y luces evitando el consumo en modo de espera.
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Usar electrodomésticos de forma eficiente, por ejemplo, lavar la ropa siempre con agua fría y llenar el lavavajillas al completo antes de usarlo.
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Teletrabajar cuando sea posible para reducir desplazamientos.
Si se aplican todas estas medidas de manera integral, un hogar promedio en España podría reducir su huella de carbono entre un 50% y 80%. Esto significaría pasar de unas 4-5 toneladas de CO₂ anuales a 1-2 toneladas o incluso menos. Además, la mayoría de las medidas conllevan una reducción de las facturas de electricidad, agua y gas, con el consiguiente ahorro económico.
Fuente: Pisos.com