Menos ruido, aire puro, serenidad, calidad de vida… Está claro que vivir en la naturaleza tiene beneficios. Eso sí, para el común de los mortales, lo más habitual es ir de visita. Ya sea por unos días o para largas temporadas, lo cierto es que tener una casa de campo suena de lo más tentador. Los colores, los sonidos, los aromas… Alejarse del ritmo acelerado de la vida moderna, aunque solo sea de vez en cuando, tiene su punto y, si encima lo haces en una casa en propiedad diseñada a capricho, mejor que mejor.
¿Tienes una casa de campo? Si es así es posible que en algún momento te hayas planteado realizar una reforma para adaptarla a tus necesidades o darle un toque más contemporáneo sin perder su esencia. Pero, ¿por dónde comenzar? Las posibilidades son infinitas, así que si estás buscando ideas aquí tienes algunas recomendaciones y buenas dosis de inspiración.
¿Qué es una casa de campo?
Antes de pensar en ponerte manos a la obra conviene tener claro el punto de partida. Por lo general, una casa de campo tiene poco que ver con las construcciones urbanas a las que estamos acostumbrados. Ubicadas en entornos naturales, los diseños de este tipo de construcciones suelen estar ligados a la zona en la que se encuentran. De ahí que las casas de campo tradicionales estén a menudo construidas con materiales naturales como piedra, ladrillo, madera o tejas, y se distingan por su estructura robusta y funcional, pensada para resistir el paso del tiempo y las condiciones del entorno rural.
Pero los materiales de construcción no son lo único que las diferencia de las viviendas urbanas. Las casas de campo están más conectadas con la naturaleza, por lo que no es extraño que cuenten con grandes patios o jardines alrededor. La simplicidad, el carácter rústico y la conexión con lo esencial -en detrimento de aspectos más vinculados a la tecnología- son parte de su encanto.
Reformar una casa de campo paso a paso
Teniendo en cuenta las señas de identidad de las casas de campo parece lógico pensar que una reforma no solo implica modernizarlas o adaptarlas a las necesidades actuales. Este tipo de proyectos deben respetar su esencia y tratar de sacar el máximo provecho la conexión con la naturaleza. Tener claros los objetivos, planificar con calma y conectar con el entorno es un buen punto de partida. A partir de ahí, aquí tienes algunas recomendaciones:
Establece presupuesto y prioridades
No es lo mismo cambiar un poco el aspecto interior de tu casa de campo que transformar por completo su aspecto o, incluso, añadir prestaciones. Por eso, antes de empezar es importante, no solo conocer el estado de la construcción, también el margen de maniobra que tendrás para la reforma. Si es una casa antigua y tu presupuesto no es muy amplio también es importante priorizar. En muchos casos, el paso del tiempo es una amenaza para este tipo de construcciones por lo que, antes de cambiar el color de las paredes o renovar el mobiliario, puede que el tejado, el asilamiento o las instalaciones de luz y fontanería requieran tu atención.
Aprovecha los recursos
Uno de los principales atractivos de las casa de campo es ese aroma a tradición que se revela en cada rincón. Lámparas, vigas de madera, paredes de piedra, suelos de baldosa hidráulica… Muchos de los elementos de las construcciones originales son esenciales para mantener la calidez de los espacios. Por eso, si en tu reforma apuestas por restaurarlos será un acierto seguro. ¿Tienes una chimenea o una estufa de leña? ¡Son un must have del diseño de interiores de este tipo de construcciones!
Esencia rústica
Además de los elementos propios de las casas de campo, existen otros recursos que hacen perfectamente identificables estas construcciones y que no puedes dejar de incluir en tu reforma. Los materiales son un buen ejemplo de ello. Las fibras naturales, la madera, la cerámica o la piedra, por ejemplo, forman parte del catálogo de imprescindibles, ya sea como revestimientos para suelos o paredes, o como parte de la decoración.
Optimiza los espacios con o sin obras
La organización del espacio interior es otra de las cuestiones que puedes incluir en tu proyecto de reforma. Si la vivienda en cuestión tiene habitaciones grandes, por ejemplo, puedes adaptarlas a diferentes usos en función de tus necesidades. ¿Qué tal una zona de home office en el salón? ¿Por qué no un espacio de meditación junto a la ventana? ¿Qué tal un taller en el desván? Si tu casa tiene techos altos también, puedes jugar con la idea de crear un entrepiso.
Aunque si, por el contrario, la cuestión es ganar espacio, ¿qué tal apostar por diseños open concept? Eliminar tabiques unificando estancias o ampliar los ventanales para dejar que la luz natural inunde los interiores es una fórmula ideal para mejorar el interior de la casa.
Dale un toque de modernidad
Reformar una casa de campo no significa renunciar al confort moderno, por mucho que respetes su esencia. Aprovechar las energías renovables, por ejemplo, incorporar sistemas domóticos o electrodomésticos de última generación, no está reñido con el encanto de este tipo de viviendas. La clave está en mantener el equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo, para que los nuevos elementos no desentonen con el entorno original.
No olvides los exteriores
Recuerda que, más allá de los muros interiores, el entorno es parte esencial de una casa de campo y cuidar la conexión con la naturaleza te permitirá sacarle el máximo partido a tu estancia. Si tienes un porche o una terraza puedes convertirlos en áreas donde pasar tiempo con la familia, disfrutar del desayuno o simplemente relajarte al aire libre. Y lo mismo con el jardín: incluir una zona de pérgola, una cocina exterior, un huerto o un rincón de lectura con vistas son solo algunas ideas para que el entorno exterior se convierta en una extensión del hogar, un lugar de descanso y disfrute en contacto con la naturaleza. ¿Te apuntas?
Fuente: Pisos.com