A medida que los pisos en los que se vivimos se hacen más pequeños, cobra más fuerza el hecho de que quien tiene un trastero tiene un tesoro. Este espacio se ha convertido en el aliado de los que han agotado el espacio de almacenamiento en casa, pero no quieren desprenderse de determinados objetos, ya sea porque tienen un valor sentimental o porque los necesitarán en un futuro.
Decoración
Para aprovechar un trastero al máximo, es importante que nos tomemos un tiempo para organizarlo. De hecho, antes de liarnos a llevar cosas a este espacio, debemos ser conscientes de que su superficie no es infinita. A veces, apenas son unos pocos metros cuadrados infrautilizados porque su diseño no siempre es el ideal para planificar una distribución eficiente. El secreto para luzca ordenado y no se convierta en tu caos particular exige pensar en el antes, el durante y el después.
Antes: Primero clasificar, después organizar
Puede que tengas un trastero porque venía incluido en la casa que alquilas o que te compraste o puede que hayas tenido que alquilarlo porque ya no tienes espacio en casa tu vivienda para guardas cosas que no usas a diario. El primer paso es saber de qué tipo de enseres estamos hablando y cómo guardarlos:
1. Triaje obligatorio
Contar con una habitación extra no te da carta blanca para meter en ella absolutamente todo. Grábate a fuego esta palabra: clasificar. Esta acción implica tomarse un tiempo para meditar sobre lo que verdaderamente necesitas conservar con el fin de deshacerte de todo lo demás. Pero en este camino hacia la depuración encontrarás muchos ‘por si acaso’.
Los expertos en organización aconsejan hacer tres grupos:
Conservar: Aquello que sí o sí te quieres quedar (lo que no plantea dudas).
Tirar: Aquello que ha agotado su vida útil (lo vas a tirar porque ya no sirve).
Vender o donar: Aquello que no es para ti, pero que puede darte un beneficio (véndelo en webs de compraventa de segunda) o con lo que puedes hacer una buena acción (¿y si lo donas a los que más lo necesitan?).
2. Sistema de agrupación
Ahora que ya tienes hecha la selección ganadora, tendrás que definir qué elementos comparten características para colocarlos juntos. Este paso es muy importante porque te permitirá crear una zonificación inteligente, en la ya no solo cada cosa estará en su sitio, sino que lo que más usas será más accesible y lo que menos estará en un lugar donde no moleste.
Sección de uso recurrente: Son elementos que no guardas en casa porque no caben o porque, directamente, son trastos poco estéticos. No obstante, los usas con cierta frecuencia, como la escalera, la bicicleta, la caja de herramientas o la plancha de asar. Deben quedar muy a mano y ocupar el mínimo espacio posible.
Sección de temporada: Cuando llega el verano, la ropa y el calzado de invierno, así como las colchas y los edredones pasan a esta sección, y viceversa. También los adornos de Navidad tienen cabida aquí, así como los artículos de camping o de la playa, como la sombrilla o la nevera portátil.
Sección de permanencia: Esta sección es muy sentimental. Aquí van esos recuerdos que te resistes a tirar porque están muy conectados a tu vida. Desde piezas decorativas especiales pendientes de restauración hasta cosas de cuando tus hijos eran pequeños. Son los que quedarán más escondidos.
3. Cajas trasparentes
Una vez realizada la agrupación, tendrás que proteger tus enseres, y la mejor forma de hacerlo es guardarlos en cajas. Un excelente consejo es usar cajas de plástico transparentes. De este modo, no tendrás que abrir varias cajas hasta encontrar lo que buscas, sino que saltará a la vista su contenido, ahorrándote un tiempo precioso.
Hay quien prefiere usar cajas de cartón y aplica un código de colores o rotular los laterales para saber qué hay dentro de cada una. Sin embargo, este material no resiste el paso del tiempo tan bien como el plástico. Además, si hay una fuga de agua y los trasteros se ven afectados, tus queridos bienes se verán dañados, a veces de un modo irreparable.
Durante: Espacio horizontal vs. espacio vertical
Uno de los mayores desafíos al sacar el máximo partido a un trastero es planificar su distribución para que el almacenaje sea efectivo y seguro. Por otro lado, recuerda que no debe ser bonito, sino funcional.
En las paredes
Si quieres aprovechar el espacio vertical, las estanterías son la solución. Procura que sean de un material resistente que aguante bien el peso, que estén bien ancladas para evitar accidentes y que sus baldas sean lo suficiente anchas para que quepan tus cajas o tus bolsas de vacío. Afortunadamente, el carácter modular de las estanterías facilita acomodarlas al espacio disponible. También resultan muy útiles los ganchos, sobre todo, para los elementos de uso recurrente, que deben estar al alcance de la mano.
En el techo
Un techo alto es una bendición porque presenta una estupenda oportunidad para almacenar. No te resistas a crear altillos con estantes a la vista o maleteros cerrados. En estos lugares, lo mejor es que guardas las cosas que vayas a retener contigo y que no tengan un uso inmediato.
En el suelo
El plano horizontal debe cumplir una máxima: debe estar despejado. No dejes nunca nada que dificulte tu tránsito por un espacio ya de por sí estrecho. A veces no quedará más remedio porque lo que quieres guardar no es susceptible de colgar del techo o su forma no es compatible con el almacenaje vertical, pero es importante que el suelo sea utilizado racionalmente.
Después: No descuides el mantenimiento
Para mantener el orden que has conseguido, respeta las normas que tú mismo has impuesto al espacio y no descoloques nada o dejes cajas abiertas. Asegúrate de que está bien iluminado y ventilado y, al menos un par de veces al año, barre, limpia el polvo y dale una pasada con la fregona al suelo. Dado que tus necesidades están sujetas a tu plan vital, surgirá la necesidad de almacenar cada vez más cosas, así que tendrás que repensar si algo de lo que tienes guardado debe irse y ceder espacio a lo nuevo.
Fuente: Idealista
