Koto Design, el popular estudio británico, sigue apostando por ofrecer nuevas e innovadoras soluciones para crear fantásticas viviendas prefabricadas. En esta ocasión, con el desarrollo de uno de sus últimos trabajos, ha dado vida a su primera casa modular de dos pisos terminada. Esta casa de vacaciones escultórica se compone de dos volúmenes de madera negra, uno de los cuales se encuentra en voladizo sobre el sitio rural. Aunque la forma escultórica es una de sus características más visibles, el diseño llamativo se adapta bien a la naturaleza circundante.

Minimizar el impacto ambiental ha sido algo fundamental, ya que los dos primeros lugares en los que se han instalado son espacios de un alto valor ecológico. El primero de ellos es Lower Mill Estate, una finca destinada a los alquileres vacacionales en los Montes Cotswold, una región que ha recibido la calificación de “Belleza Natural Sobresaliente”.

 

 

La segunda de las ubicaciones es Birchwood, un área del noroeste de Inglaterra que forma parte de la Reserva de la Biosfera de la UNESCO de North Devon. En palabras de Zoe Little, socia fundadora de Koto, se trata de un trabajo con “un espíritu de diseño innovador, de alta calidad y sostenible”, con el que “rinden homenaje a la quietud, santuarios tranquilos y considerados que son flexibles y funcionales”.

Uno de los objetivos que se querían lograr no era otro que el de crear una vivienda desde la que disfrutar de impresionantes vistas. Por eso, para maximizar las vistas desde los espacios habitables, los arquitectos cambiaron el programa residencial tradicional, colocando los dormitorios en el piso inferior y las funciones sociales en el nivel superior.

 

 

El primer piso está diseñado para ser íntimo y acogedor, mientras que el segundo piso cuenta con grandes ventanales para crear la sensación de vivir entre los árboles. “Esta casa al revés se creó para maximizar las vistas de la naturaleza circundante desde los espacios habitables, creando la sensación de vivir entre los árboles, mientras que la planta baja se diseñó para acomodar espacios más íntimos y acogedores”, señalan sus creadores en su página web.

En cuanto a los interiores, se tomó una decisión que resultó muy interesante. La base fundamental fue adoptar una estética minimalista y atemporal. Un estilo al que desde el estudio han calificado como “lujo silencioso”. Destaca, asimismo, la piel de madera ennegrecida que desde el exterior da paso progresivamente a los tonos claros en el interior. Las paredes del primer piso están pintadas con pintura de yeso creada por la empresa St. Leo, especializada en acabados ecológicos, capaz de crear una textura terrosa “perfectamente imperfecta”, mientras que en el segundo piso, el estudio ha apostado por presentar superficies CLT expuestas.

 

 

Pero el interior aporta más sorpresa. Además de las paredes de yeso texturizado, en ese espacio nos podemos encontrar con otros detalles que marcan las diferencias, como una selección de telas orgánicas y alfombras tejidas para imbuir los espacios con carácter y hogareño. Los objetos han sido cuidadosamente elegidos a partir de un principio tan esencial como importante: la calidad sobre la cantidad.