Dice el saber popular que la primera impresión, es la que queda, y puestos a comprar una casa, es relativamente frecuente caer rendido a los encantos de aspectos estéticos como la distribución o la decoración, dejando a un lado cuestiones estructurales. Sin embargo, lo que tratándose de una vivienda de segunda mano puede parecer una oportunidad perfecta para ahorrar dinero o vivir en un enclave...